jueves, 22 de septiembre de 2011

Mario Kart

Ver esta imagen, a parte de provocarme envidia, me ha traído muchos recuerdos...


...y por primera vez me ha hecho desear con muchas ansias alguna consola.

Mario Kart + Wii = ¡Total Win!

Recuerdo esas tardes en casa de Carolina, cuando nuestro panorama de series de animación japonesa se limitada a unos cuantos títulos que ahora miramos con rareza y nos refugiábamos en el Mario Kart para quemar horas. ¡Es que era genial! no importaba si era un juego pasado de moda o no el mejor en el género, nos divertía como a nada y disfrutábamos a montones.

Yo siempre me cogía a Yoshi o a Kinopio (Honguito), eran mis preferidos por ser pequeñajos, rápidos y kawaiis :3. Carolina siempre a la Princesa porque se creía una (:P xD) al principio me quejaba, la odiaba, pero cuando descubrí que al tirarla por el barranco pegaba un gritito de lo más estridente y ridículo, dejé de quejarme y me dediqué a perfeccionar la técnica para tumbarla. Cuando jugábamos las dos solas, la competencia era reñida, a veces ganaba ella, a veces yo, pero siempre por una mínima diferencia: una caparazón verde o roja; una trampa o un *uto charco de lodo.

La cosa cambiaba cuando Pablo (Pabletos), se nos unía al juego. Oh dioh, no podíamos ganarle por nada del mundo. Y no sólo eso, no se limitaba a jugar con Warrio (¡maldito grandulón!) alcanzarnos y pasarnos para seguir su curso tranquilamente, sino daba saltitos delante nuestro en zic zac, de manera cachoza, muy cachoza. Eso cuando no optaba por aplastarnos sin piedad o tumbarnos al precipicio.


Esos momentos, cuando aún éramos chiquillos despreocupados jugando Mario Kart en la sala, con una botella de gaseosa o un helado al costado, luchando contra el calor que se colaba por las paredes y ventanas por donde el aire debiera, son esos momentos que nunca olvidaré. Esos veranos geniales junto a mis primos favoritos hicieron de mi vida pasada un cúmulo de recuerdos estupendos.

0 comentarios: